Ha
terminado el curso. Pero el Mundial de Brasil (ya sin España) continúa. Y
continúan los gestos y actitudes que hacen del fútbol nuestro dulce veneno.
Como
los de Celso Borges (pocos nombres tan literarios, jugador de la indómita Costa
Rica) y Andrés Iniesta, nuestro Andrés Iniesta. El primero, declarando, tras el
partido contra Italia: ”Disfrutamos tanto que uno no quiere que se acabe el partido.
No vamos a parar. Queremos ser inmortales”. Y el abrazo emocionado y
emocionante de Iniesta (no lleva tatuajes, ni se tiñe el pelo, ni lleva pendientes,
pero es el mejor, dijo de él un exitoso entrenador) a Vicente del Bosque.
Nos queda el cine y el mar.
El cine con "Ochos apellidos vascos", comedia incombustible, todavía en cartelera, "Maléfica", "Godzilla" , "Río 2"..., y el esperado estreno de "El amanecer del planeta de los simios".
Y el mar, siempre el mar.
Desde 1923, en la pared de entrada a la pista central de Wimblendon, los tenistas puede leer unos versos de Kipling que vienen a decir: "Si te encuentras con el Trinfo y con la Derrota, a estos dos impostores, trátalos de igual forma".
Porque lo que importa es el corazón. Porque lo que importa es que, un curso más, hemos caminado, caminamos y caminaremos, hacia la felicidad.
Desde 1923, en la pared de entrada a la pista central de Wimblendon, los tenistas puede leer unos versos de Kipling que vienen a decir: "Si te encuentras con el Trinfo y con la Derrota, a estos dos impostores, trátalos de igual forma".
Porque lo que importa es el corazón. Porque lo que importa es que, un curso más, hemos caminado, caminamos y caminaremos, hacia la felicidad.
Estas palabras despiden este blog.
Hasta septiembre, y un abrazo.
¡¡Feliz verano!!
Hasta septiembre, y un abrazo.
¡¡Feliz verano!!